Se espera que las instalaciones de almacenamiento de energía acumulativa a nivel mundial superen la marca de los teravatios-hora antes de 2030, impulsadas por inversiones en energía renovable y políticas gubernamentales que promueven la flexibilidad de la red. Según las previsiones, la mayor parte de esta capacidad la proporcionarán baterías de iones de litio. Para finales de 2030, se prevé que la capacidad acumulada mundial alcance los 1.877 gigavatios-hora (GWh) con una producción de 650 gigavatios (GW). Sólo el almacenamiento en baterías de iones de litio alcanzará los 1,6 teravatios-hora (TWh) en 2030, lo que indica un crecimiento significativo en comparación con las cifras del año anterior.
En su informe del primer semestre de este año, publicado en marzo, DNV había previsto una capacidad instalada acumulada de 508 GW y 1.432 GWh a finales de 2030. Sin embargo, las cifras reales han mostrado saltos aún mayores, ya que a finales de estimaciones anuales se sitúan ahora en 650 GW y 1.877 GWh. Este aumento sustancial pone de relieve la creciente demanda de soluciones de almacenamiento de energía en todo el mundo.
Para 2050, se espera que las instalaciones de iones de litio alcancen los 22 TWh, y la mayoría serán energía solar fotovoltaica a gran escala integrada con baterías de iones de litio. Además, habrá una porción más pequeña de tecnologías independientes de almacenamiento de baterías de iones de litio y almacenamiento de energía de larga duración (LDES), que sumarán aproximadamente 1,4 TWh. Sin embargo, el informe sugiere que es poco probable que la tecnología LDES heredada, como el almacenamiento de energía hidroeléctrica por bombeo (PHES), experimente un crecimiento significativo, manteniéndose en torno a la capacidad actual de 3 TWh.
Se prevé que las baterías de iones de litio experimenten una innovación significativa, y se espera que el costo de los sistemas de almacenamiento de energía en baterías a escala de servicios públicos caiga por debajo de los 200 dólares/kWh para 2030. Para 2050, el costo podría ser tan bajo como alrededor de 130 dólares/kWh. DNV también reconoce el potencial de las tecnologías LDES, en particular las baterías de flujo redox de vanadio (VRFB), para aplicaciones que oscilan entre 8 y 24 horas. Estas tecnologías pueden ofrecer ventajas de costos sobre las baterías de iones de litio. Sin embargo, la adopción de estas tecnologías más nuevas puede depender del apoyo político y de la reducción continua de costos.
Si bien la necesidad de aplicaciones de alta potencia, como la regulación de frecuencia y los servicios auxiliares, está impulsando actualmente la demanda de almacenamiento, el informe destaca que a medida que la capacidad de almacenamiento supere el 0,5% del total de los recursos energéticos conectados a la red, la atención se desplazará hacia aplicaciones de alta energía que requieren duraciones más largas de almacenamiento. Este cambio hacia duraciones más largas ya es evidente en los principales mercados regionales de almacenamiento de energía, como California, el Reino Unido y el mercado ERCOT de Texas, donde las duraciones promedio han aumentado de alrededor de una hora a 2 a 4 horas en los últimos años.
En cuanto al almacenamiento de energía de larga duración (LDES), los argumentos a favor de su adopción generalizada aún no están claros, a pesar de numerosos anuncios de proyectos en Estados Unidos y China. A finales de 2023, se estima que las instalaciones LDES acumuladas alcanzarán 1,4 GW y 8,2 GWh. Sin embargo, el crecimiento futuro de LDES dependerá de su capacidad para demostrar su propuesta de valor y superar los desafíos técnicos.
Se espera que el sector del almacenamiento de energía experimente un crecimiento interanual del 34% en 2023, con un total de 42 GW y 99 GWh de despliegues. Se prevé que este crecimiento continúe con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) de aproximadamente el 27 % hasta 2030, superando la estimación anterior del 23 % CAGR. Para finales de la década se esperan instalaciones anuales de 110 GW y 372 GWh. Esta expansión está impulsada por la creciente capacidad y las diversas aplicaciones de almacenamiento impulsadas por la energía.
En general, las previsiones indican un aumento significativo de las instalaciones mundiales de almacenamiento de energía, impulsadas principalmente por la tecnología de baterías de iones de litio. A medida que las inversiones en energía renovable y las políticas gubernamentales continúan promoviendo la flexibilidad de la red, la industria está preparada para un crecimiento sustancial. Con la caída del costo de las tecnologías de almacenamiento de energía y un panorama de mercado en evolución, el futuro parece prometedor para el desarrollo y la implementación de soluciones de almacenamiento que respalden la integración de energías renovables y la estabilidad de la red.
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